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Sáb, Nov 23, 2024

La sorprendente fusión del mundo de la carne y de la leche

La sorprendente fusión del mundo de la carne y de la leche
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La industria láctea y cárnica se están fusionando y es importante entender no solo por qué, sino también sus implicaciones a nivel mundial.

Tradicionalmente, la vaca lechera de producción intensiva pretende que las vacas duren solamente 4 o 5 lactancias. Esto hace que la tasa a la que se debe reemplazar las hembras reproductoras sea de 20% (100% del hato dividido entre 5 lactancias) a 25% (100%/4 lactancias). Esto significa que se deben seleccionar entre 20 y 25 vaquillas por cada 100 vacas en producción.

Antes del sexado del semen, con una fertilidad de 90%, se producían aproximadamente 45 becerros y 45 becerras. De esas 45 becerras debían escoger las 20 o 25 vaquillas de reemplazo. Sin embargo, si las mejores vacas de producción tenían machos, no había manera de asegurar la conservación de la mejor genética.

Ahora bien, las cosas cambian con la aplicación práctica del sexado del semen del ganado bovino. De las 100 vacas, se seleccionan las de mejor genética y se inseminan para que éstas produzcan hembras de reemplazo. Bajo la suposición de ineficiencias de fertilidad y del sexado del semen, la inseminación de 30 vacas sería suficiente para producir 20 o 25 reemplazos. El resto del ganado se insemina con razas de ganado como el Angus o el Limousine negro, a fin de producir machos.

La rentabilidad de la industria láctea ha dependido, por muchos años, de los precios de la leche y de los costos de los insumos. No obstante, tener la habilidad de producir carne de excelente calidad agrega un importante ingreso a estos productores, ante el cambio de las condiciones de producción de la carne y el reto que enfrenta el sistema extensivo de producción de carne por esta nueva competencia.

La carne de los animales lecheros en términos generales tiene un excelente marmoleo, pero la forma de sus lomos no es muy atractiva, pues son planos y poco redondeados en contraste con las razas de carne. Sin embargo, cuando la raza Holstein lechera se combina con las razas de ganado para carne, el efecto de los lomos se corrige y pueden ser fácilmente confundidos con carne de animales para carne.

Esta nueva aportación de la industria láctea está causando conmoción y forma parte de la producción regular de carne en varios países tales como los Estados Unidos, Brasil y México. No será difícil que esto se convierta en algo común y que muy pronto sea una práctica natural.

Los desafíos para esta industria emergente son el control de las enfermedades comunes por el hacinamiento de los animales. En este sentido, podemos hacer énfasis en la tuberculosis y la brucelosis que están presentes en las áreas lecheras por tantos años de producción intensiva.

Con las medidas preventivas correctas, esto se puede solucionar y ser de un gran apoyo para la producción de alimentos a escala mundial.

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