Si la crisis de la COVID ha demostrado la capacidad de adaptación y funcionamiento en los peores momentos, una de las posiciones más destacadas la ha ocupado la industria alimentaria. Y lo ha hecho en un momento en el que se habían generado más dudas, especialmente por los mecanismos de transmisión de la enfermedad.
Aunque pronto quedó muy claro que la COVID-19 no se transmite por los alimentos, pero lo que sí se encontró fue una industria volcada en la seguridad para evitar la transmisión de otros patógenos y que aún así continúa reforzando sus medidas de seguridad.
Las claves de la seguridad de la industria alimentaria
La industria alimentaria ha reforzado su seguridad en todos los campos y zonas, no solo en el de producción. Un claro ejemplo lo tenemos en las zonas de tránsito de trabajadores y de mercancías, en el que se ha reforzado la desinfección usando tanto mezclas de lejía al 0,1% o geles hidroalcoholicos basados en alcohol al 70%.
Ya en estas zonas es fundamental el uso de elementos de protección como los que puedes encontrar en ibp uniuso. A través de elementos de protección de un solo uso estarás garantizando evitar la contaminación de los alimentos con que se trabaja como también proteger al trabajador de otros riesgos como son las partículas.
Lo importante es contar con una gama de productos, de la máxima calidad que permita garantizar la seguridad que estamos buscando y que se adapten a las distintas necesidades que tengan los trabajadores. Es muy diferente, por ejemplo, un operario de almacén que el que está en una cadena de producción. Todo ello permitiendo también que el trabajador pueda trabajar cómodamente, con elementos ajustados en su talla, esencial por ejemplo para que se eviten la contaminación cruzada de cabello en gorros y que facilite la transpiración.
Ya hemos visto, por ejemplo, la importancia que tienen las mascarillas para evitar que las microgotitas que salen cuando respiramos contaminen, este riesgo es mucho mayor si se tose o se estornuda cuando se está manipulando alimentos. Por ello, elementos de protección como los gorros integrales con mascarilla aúnan la practicidad con la seguridad.
Pero no solo se trata de elementos para la cabeza, en la seguridad alimentaria elementos como batas, capas o delantales entre otros es fundamental. Por ejemplo, los delantales de un solo uso evitan que se adhieran posibles elementos a la ropa del trabajador como lo contrario, que elementos propios, que pueden llevarse en la ropa, aunque se cuiden al máximo las medidas de higiene, acaben en nuestra zona de trabajo.
En los productos de un solo uso estamos garantizando la máxima seguridad, sino que lo hacemos con otras ventajas como evitar su limpieza que cuesta tiempo y esfuerzo y además, dependiendo del material no garantiza al 100% sus funciones de protección, puede romperse el tejido y permite además facilitar su almacenamiento.
Con todo ello, queda claro que además de protocolos, de cuidar las zonas de trabajo, de tránsito, la seguridad alimentaria tiene y debe tener un apoyo fundamental en los mejores elementos de protección.
Fuente: elcierredigital.com