La FSA trabaja para frenar el fraude alimentario
La Food Standards Agency (FSA) del Reino Unido está trabajando con el Grupo de Trabajo sobre Fraude Alimentario para fortalecer el sistema alimentario contra los delincuentes que cometen fraude alimentario.
Estas acciones incluyen la creación de una nueva línea directa de denunciantes donde las personas pueden denunciar sospechas de fraude alimentario.
La directora ejecutiva de la FSA, Emily Miles, señala que la agencia está fortaleciendo el papel que desempeñan los esquemas de garantía de terceros en la transmisión de información a los reguladores.
"Ahora vamos a trabajar en estrecha colaboración con una gama mucho más amplia de esquemas de aseguramiento. Las cuales han acordado compartir datos importantes con nosotros para ayudar a prevenir el fraude alimentario", asevera.
El Grupo de Trabajo sobre Fraude Alimentario reconoció que los servicios de denuncia de irregularidades sólidos y transparentes son una parte esencial de las protecciones contra el fraude alimentario.
Frenar el fraude alimentario, la meta de FSA
En el pasado mes de marzo, la FSA inició una investigación penal cuando un productor de carne no revelado vendió falsamente productos etiquetados como británicos cuando procedían de otros países.
Con anterioridad, la organización había aconsejado a los minoristas que revisaran su cadena de suministro de carne cocida con especial precaución. Y luego anunció que no había indicios de que los alimentos no sean seguros o que exista un mayor riesgo para los consumidores.
Desde entonces, la FSA continua sus esfuerzos para frenar la actividad del fraude alimentario colaborando con:
Asociación de Proveedores Independientes de Carne
Consorcio Minorista Británico
Asociación Británica de Procesadores de Carne
Red de Inteligencia de la Industria Alimentaria
Federación de Alimentos y Bebidas
Red Tractor
Luchando por alimentos seguros
De acuerdo con Emily Miles, a pesar de las expectativas de alimentos seguros, siempre habrá riesgos de actores deshonestos dentro del sistema alimentario.
De hecho, una investigación reciente de la FSA muestra que los delitos alimentarios en el Reino Unido cuestan hasta 46 millones de dólares al año.
El grupo de trabajo colabora con la FSA a mejorar la forma en que comparte alertas basadas en inteligencia para advertir mejor a las empresas sobre posibles fraudes alimentarios.
La FSA señala que afinó el formato de sus alertas para ayudar a las empresas a verificar sus cadenas de suministro sin poner en peligro la integridad de las investigaciones penales en curso.
El informe de la agencia sobre el costo de los delitos alimentarios destacó que el precio del fraude alimentario es compartido por los consumidores, las empresas y los reguladores por igual.
Finalmente, otro informe que investigó iniciativas y estrategias exitosas para la prevención del fraude describió cómo puede reforzar aún más sus líneas de defensa.
Fuente: thefoodtech.com
16 octubre 2023